¿Qué le pasa a su pelo? Lo mismo que a su piel: está envejeciendo. Aunque no se arruga, el cabello sufre los embates del tiempo. A medida que se suman los años, los folículos se achican y producen cabellos más cortos, delgados, frágiles y sin pigmentación (canas). Las glándulas sebáceas, por su parte, se vuelven día a día más “perezosas” y dejan al pelo sin su barrera de grasa sin su barrera de grasa, protectora de la humedad. Consecuencias de todo ello son la sequedad, grasitud, pérdida de brillo y volumen que tanto nos afligen después de los cuarenta.
Si bien ninguna mujer está a salvo de estos problemas, algunas los sufren en mayor medida que otras. ¿Por qué? Las causas pueden ser varias.