Las arrugas se disimulan con cirugía o un buen maquillaje, las canas se tapan con tintura. Y los músculos se endurecen con gimnasia o aparatos. Pero ¿hay algo para ocultar el envejecimiento interior? No.
La vejez y el entumecimiento del alma no se disimula con nada.
Lo único eficaz para combatirla es la búsqueda interior. Una búsqueda que tenga como objetivo eficaz para combatirlas, cada día, las ganas de vivir.