viernes, 8 de julio de 2011

COMO CUIDAR EL PELO


¿Qué le pasa a su pelo? Lo mismo que a su piel: está envejeciendo. Aunque no se arruga, el cabello sufre los embates del tiempo. A medida que se suman los años, los folículos se achican y producen cabellos más cortos, delgados, frágiles y sin pigmentación (canas). Las glándulas sebáceas, por su parte, se vuelven día a día más “perezosas” y dejan al pelo sin su barrera de grasa sin su barrera de grasa, protectora de la humedad. Consecuencias de todo ello son la sequedad, grasitud, pérdida de brillo y volumen que  tanto nos afligen después de los cuarenta.
Si bien ninguna mujer está a salvo de estos problemas, algunas los sufren en mayor medida que otras. ¿Por qué? Las causas pueden ser varias.

Cambios hormonales. Los desequilibrios hormonales correspondientes al embarazo, la menopausia o el consumo prolongado de anticonceptivos afectan al pelo en la misma medida que a la piel.

Dieta. El pelo necesita un buen aporte de proteínas (carnes, huevos, lácteos) y minerales (frutas y verduras) para mantenerse suave, sedoso y brillante. La  falta de alguno de estos elementos se refleja  de inmediato.

Tratamientos. El  abuso  de técnicas de tratamiento (tinturas, planchados, permanentes, etc.) o su mala aplicación afectan  no sólo a las fibras capilares sino también al cuero cabelludo.
A fin de que usted pueda hallar soluciones para todos y cada uno de los problemas que afectan a su cabello  cuando envejece, dividimos este tema en tres secciones:

EL PELO Y SUS CUIDADOS
¿Sabe si su pelo es fino o grueso, seco o graso? ¿Sabe cuál es su estado real?
Averiguarlo es fundamental para poder brindarle los cuidados apropiados.

CONOZCA SU TIPO DE PELO
No siempre es fácil saber qué clase de pelo tenemos. A veces  sucede que mujeres con grasitud en el cuero cabelludo creen que tienen  pelo seco porque sus puntas se muestran deshidratadas o que las que tienen seco lo consideran normal. Para realizar un adecuado diagnóstico, hay que saber a qué se refieren exactamente los dermatólogos, peluqueros o laboratorios de cosmética cuando hablan de pelo seco, graso o fino y quebradizo.

Pelo graso. La señal más clara y contundente de que su cuero cabelludo acumula excesiva grasitud es que se ensucia con facilidad y pierde volumen. ¿La razón? Una secreción excesiva de sebo que muchas veces es consecuencias de un mal funcionamiento hormonal o de estrés.

Pelo seco. Los síntomas de este problema son también bastante claros: el pelo se muestra áspero y apagado. Resulta muy difícil de modelar y se electriza al peinarlo. El origen de la sequedad puede ser una insuficiente producción de las glándulas sebáceas debida no sólo al envejecimiento sino también a exposiciones desmedidas al sol o a tratamientos intensivos (tintura, permanentes, brushing, planchitas, shampoo con mucho detergente).

Pelo fino y quebradizo. Este tipo de pelo se enreda con facilidad, se quiebra y también se cae. La causa puede ser el estrechamiento de los folículos o el exceso de sol, ruleros, tijeras eléctricas, tinturas y demás tratamientos químicos y mecánicos.

PRIMEROS SINTOMAS DE ENVEJECIMIENTO

Se sabe que el pelo no envejece de un día para otro. Antes de esto aparecen algunas señales de alerta que conviene tener muy en cuenta.


Se torna indomable: Usted tarda mucho tiempo, más que antes en lograr ese peinado que tanto le gusta y encima le dura cada vez menos.

Se quiebra con facilidad: Las puntas se florecen y las fibras capilares se cortan ante el menor tirón.

Pierde suavidad: Al tocarlo lo siente áspero y rugoso, algo que no sucedía.
Crece menos y más despacio: El cabello joven crece alrededor de un centímetro por mes. Si esto no sucede significa que esta débil o ha empezado a envejecer.

Pierde volúmen: Si su pelo siempre fue enrulado, ahora aparece sin forma. Si lo tiene lacio, cae a ambos lados de la cara, como llovido.

Cambia de textura: El cabello que era grueso se vuelve cada vez más fino y el que era fino se pone quebradizo.

Se cae más de lo normal: Esto se nota especialmente en la zona de la cien y en la parte superior de la cabeza.

Falta de brillo: Las fibras capilares están cubiertas de escamas. Cuando el pelo es joven, estas escamas se encuentran cerradas, lo cual permite que la luz se refracte sobre ellas. En el pelo envejecido en cambio, las fibras capilares se resecan y las escamas se abren. Esto impide que la luz rebote y por ese motivo el cabello no brilla.

Se debilita el cuero cabelludo: Se vuelve más escamoso y sensible.

Acumulación de caspa: La caspa puede ser seca o seborreica. La primera es la más común al aproximarse a los 40, cuando la actividad de las glándulas sebáceas se reduce y el pelo está naturalmente más seco.



























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