ENURESIS

Sólo el 5% de los padres consulta.

Entre los cinco y seis años un niño debería ser capaz de controlar sus esfínteres, y más precisamente, el deseo de orinar durante la noche. Sin embargo, ya sea por causas

fisiológicas y psicológicas, muchos no lo logran. Cuando este problema se presenta dos veces por semana en un período de 20 días, es necesario recurrir al pediatra.

Esta es unas de las principales preocupaciones de los padres como de los profesionales, cuando el rema en cuestión es la Enuresis o incapacidad que padecen algunos niños para controlar el deseo de orinar durante la noche. No obstante, aunque la mayoría de las familias se asumen consternadas por la situación, la vergüenza tanto del chico como de sus padres genera, en muchas ocasiones, el retraso de la consulta.

En este sentido, cabe destacar que el acercamiento con el pediatra es una condición fundamental para comenzar a tratar la enuresis lo antes posible, sobre todo teniendo en cuenta que, más allá de sus características particulares y las molestias y restricciones que genera, esta condición puede ser el síntoma de una afección de mayor gravedad.

Si bien  es absolutamente normal  que un chico moje su cama durante la primera infancia, alrededor de los cinco y seis años, la imposibilidad de controlar el deseo de orinar durante la noche en una etapa en la que eso no debería suceder, comienza a ser preocupante, no sólo por el hecho en sí, sino también porque justo es esa etapa el niño comienza el colegio y la socialización se ve muy limitada por este problema. Es en ese momento cuando los padres deben acercarse al pediatra y comentarle la situación para que el especialista logre establecer, en base a un interrogatorio, cuáles pueden ser las razones para el desarrollo de la enuresis en cada caso particular, y realizar la derivación necesaria.

Los especialistas calculan que sólo el 50% de los padres realiza la consulta, debido a la sensación de angustia, y en algunos casos “fracaso” que la enuresis genera. 

 Otro punto fundamental es destacar la importancia de reunir en  primera instancia al pediatra quién será el encargado de ir armando hipótesis sobre qué puede estar pasando, pues la causa de la enuresis aún es desconocida aunque su etiología involucra diversos factores. Entre ellos que un chico cuyos padres padecieron enuresis, presenta 70 % de riesgo, mientras que si sólo uno de los progenitores sufrió este problema, la posibilidad de padecerlo es el 40%. Finalmente, cuando no existen antecedentes familiares, la posibilidad es del 15%.

DISTINTOS TIPOS:

Con respecto a la clasificación, la enuresis puede ser diurna, nocturna, o compleja si se presenta durante todo el día. Asimismo, el consenso establece que para diagnosticarla, es necesario que el niño moje su cama por lo menos dos veces a la semana, por un período de tres semanas.

Una vez detectada la condición, será el momento de determinar por qué se produce. Para eso, el primer paso es distinguir entre la enuresis primaria, es decir la que se presenta en los niños que nunca llegaron a controlar el deseo de orinar; y la secundaria, en aquellos chicos que habían sido capaces de controlarse y pedir, y luego perdieron esa posibilidad.

Cuando esta el cuadro establecido, se puede empezar el tratamiento que varía de acuerdo a la etiología de la afección porque, en algunos caos, la enuresis puede ser el primer indicio de una diabetes, entonces en ese caso requiere un abordaje específico. Lo mismo sucede si se trata de problemas en la vejiga en cuyo caso serpa necesario realizar una derivación al urólogo. Si, por el contrario, la imposibilidad de contener tiene que ver con cuestiones funcionales relacionadas con la cantidad de orina producida, con el tamaño de la vejiga, o con el mal funcionamiento de la hormona antidiurética, se podrá administrar una medicación que cumpla ese fin.

ES MÁS FRECUENTE EN VARONES QUE EN MUJERES ESTABLECIÉNDOSE UNA RELACIÓN A UNO.