Esta hierba se compone exclusivamente de hojas, flores y tallo de la planta Stevia rebaudiana Bertoni, nombrada así por Moisés de Santiago Bertoni, conocida en guaraní como ka'a he'ẽ
(«yerba o hierba dulce»), o, simplemente, «Stevia», es ampliamente cultivada por sus hojas dulces.
De esta planta se obtiene el steviósido, que es un glucósido 300 veces más dulce que el azúcar y no contiene ninguna acción tóxica, como ocurre con los edulcorantes sintéticos (especialmente los que contienen ciclamato y sacarina de sodio).
Esta hierba puede ser ingerida a cualquier edad, pues no sólo es inofensiva sino curativa de varios tipos de dolencias.
Quizá lo más importante de la Stevia sean sus virtudes antidiabéticas. Los enfermos tratados con ella no sólo no presentan manifestaciones de intolerancia, sino que ven reducidos sus niveles de glucemia y sienten una sensación de bienestar desconocida antes del tratamiento.
La inocuidad y falta de toxicidad de esta hierba hace que tenga mucha aceptación en los tratamientos de obesidad y que se imponga a los edulcorantes sintéticos.
La Stevia actúa, además, como digestivo y antiácido. Es tónica y estimulante de la digestión, impide el desarrollo de ciertas bacterias bucales y es recomendad para alimentos conservados pues no fermenta.
Puede ser adquirida en las herboristerías.
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