martes, 8 de mayo de 2012

ATAQUES DE PÁNICO



CONSEJOS Y RECOMENDACIONES PARA SU TRATAMIENTO
Quienes padecen un ataque de pánico se sienten aterrorizados sin motivo evidente y experimentan síntomas físicos muy intensos, como taquicardia, dificultad para respirar, hiperventilación pulmonar, temblores o mareos.



Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso.
Es una reacción de profundo miedo, sin causa aparente, que dura algunos minutos. El problema es que en varios casos la frecuencia se vuelve patológica y los ataques reaparecen desde tres o cuatro veces al año hasta tres o cuatro veces al día.

Incluso resulta invalidante: la persona tiene miedo durante el ataque, y después teme volver a padecerlo. Por ejemplo, si una persona sufre un ataque de pánico mientras maneja, hace las compras o se encuentra dentro de un ascensor, puede crearse miedos irracionales llamados fobias relacionados con esas situaciones, y por ende comenzará a evitar este tipo de situaciones (no podrá volver a manejar un vehículo, hacer las compras o pasear).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que este trastorno está creciendo en el mundo: se estima que una de cada 20 personas lo sufrirá en algún momento de su vida. El pico de ataques de pánico ocurre después de los 20 años.

QUE SE SIENTE:
La persona que sufre episodios de pánico se siente súbitamente aterrorizada, sin una razón evidente para sí misma o para los demás.

El  ataque que puede ocurrir en cualquier momento o lugar, sin previo aviso. Experimenta síntomas físicos muy intensos como: taquicardia, dificultad para respirar, hiperventilación pulmonar, temblores o mareos, incluso miedo a salir de su casa.
Asimismo aumenta su nivel de ansiedad y excitación fisiológica sin causa aparente.
Si bien no dura mucho tiempo, son tan intensos que la persona afectada los percibe como muy prolongados. Generalmente siente que está en peligro de muerte inminente y necesita escapar de un lugar o de una situación temida.
El hecho de no poder escapar físicamente de la situación de miedo extremo en eque se encuentra, acentúa notoriamente los síntomas.
Dado que los síntomas que presenta a veces se los confunde con una afección cardíaca u otra enfermedad que amenaza la vida, el paciente acude a las salas de emergencia de los hospitales para que le realicen priebas exhaustivas y eliminar la posibilidad de otros males.
Generalmente el personal médico trata de asegurarle que no se encuentra en grave  peligro; sin embargo, estos intentos resultan en vano porque pueden afectarlo aún más.
EL PROCESO DE PÁNICO

Wilson R Reid, en su libro “No al pánico”, describe dos etapas en el desarrollo de la crisis de pánico.








*Ansiedad anticipatoria:
Existe una comunicación inconsciente entre la mente y el cuerpo. La mente considera que se aproxima una situación temida, y estimula un  proceso de pensamiento cuando recuerda un hecho pasado difícil. En ese momento, la mente crea una imagen que le indica al cuerpo que responda como si se estuvieran produciendo dificultades pasadas.
Con esta información sobre crisis pasadas, la mente comienza a cuestionar su capacidad para enfrentar la crisis.
Estas preguntas inducen al cuerpo para presentarse contra cualquiera de las peores consecuencias posibles.
La mente evoca imágenes en las que el sujeto no ha podido controlar el episodio anteriormente,  y envía un mensaje de protección al cuerpo.
*Circulo vicioso:
Para  comprender su característica de círculo vicioso, hay que aclarar que:
Algo detona el sistema de alarma en el celebro, puede ser un factor extremo o interno.
Generalmente la persona no está consciente de este detonador y no se percata de lo que sucede en su organismo.
Al detonarse el sistema de alarma se producen cambios físicos en el cuerpo, que lo preparan para “huir”. Estos cambios son: aumento de adrenalina, de la frecuencia cardíaca o de la temperatura corporal, entre otros.
En este momento se percibe algo raro en el cuerpo: el corazón late más rápido, aumenta el sudor o se experimenta nerviosismo.
En este punto comienza la interpretación, pero con  pensamientos catastróficos, como: “Es un infarto”, “Voy a morir”.
Antes , cuando se disparó la alarma, el organismo se preparó ante una supuesta amenaza. Pero en este punto la persona ya entró en pánico, es decir, perdió el control sobre sí misma, de sus decisiones y acciones.
Este pánico se convierte en un nuevo detonador, por lo cual aumentan las palpitaciones, la sudoración y probablemente aparecen otras sensaciones físicas, como mareo o debilidad en las piernas.
Al percatarse de esto, la persona confirma sus pensamientos catastróficos y por ende, aumenta el pánico y de este modo se convierte en un círculo vicioso en el cual el mismo miedo es el que genera mayor miedo.

¿QUÉ HACER?
Los pasos a seguir para quien padece trastorno de pánico son:
*Realizar análisis médico para descartar enfermedades de carácter orgánico.
*Cuando se detecta que la causa es psicológica, conviene reflexionar acerca de cómo vive la persona, cómo controla su estrés y ansiedad, y qué nuevos hábitos puede implementar (mayor descanso, practicar técnicas de relajación, modificar conductas).

*Desarrollar una vida normal. La causa de este trastorno no es externa sino interna, por ende el mundo no tiene la culpa. El cambio está en uno.
*Evitar todo tipo de anticipación o pensamiento sobre la ansiedad. Esta es la causa más importante del mantenimiento y crecimiento de la ansiedad.

Una especulación es una “cizaña” que se siembra y provoca mayor inseguridad. Lo positivo en este caso es: vivir sin pensar, hasta que llegue un determinado momento.
*Cuando llegue ese 2momento” armar un guión- que seguramente se hará con la ayuda de un psicólogo- que contiene fundamentalmente la  idea de lo que provoca el miedo a morir.
Lo importante es tener claro que: “No nos moriremos, es sólo miedo”.
*Respirar hondo. Si aparecen cosquilleos en las puntas de las manos en los pies significa que el cuerpo se está ventilando u oxigenando más de la cuenta y es el momento de parar. Por lo tanto, hay que respirar tranquila y profundamente.

*Mirar algo y centrar la visión en el mundo externo. Este ejercicio ayudará a recuperar la agradable sensación de equilibrio. Esperara unos minutos para relajarse y luego de lograrlo, conviene continuar con la tarea que se estaba realizando.
Asimismo otros consejos para tener en cuenta con:

*Recordar que no es dañino ni peligrosos solo desagradable.

*Esperar y dejar que pase el temor.
*Lo principal es aprender a afrontar el miedo, no a evitarlo.

Dejanos tu comentario si has tenido alguna experiencia o simplemente si tienes alguna opinión del tema.

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