La incubadora es una cámara que posee todas las instalaciones necesarias para mantener a determinada temperatura (entre 31 y 32 grados centígrados) a niños débiles o prematuros, que son aquellos que no han cumplido los nueve meses de gestación y tienen un peso inferior a 2,50 Kg.
Cuando el bebé se halla en estas cámaras, se crean las condiciones necesarias para que el personal especializado controle los distintos factores que favorecen la supervivencia, como los niveles de oxígeno y humedad, y el control de ocasionales infecciones.
Las incubadoras poseen aberturas laterales para cambiar de ropa al niño o alimentarlo. Y de este modo manipularlo sin transmitir enfermedades, dado su débil sistema inmunológico.
Estas cámaras comenzaron a emplearse en 1880 y a partir de allí iniciaron la difícil batalla de preservar la vida de bebés nacidos hasta 5 meses y medio antes del plazo establecido.